Los medios informativos nacionales desdeñan los diversos vehículos en que pueden hacer llegar sus contenidos. Cuando los usan, muchas veces ignoran las características propias de cada uno de ellos. Así las cosas… ¿hacia dónde va el periodismo ?
Por Nancy Arroyave, periodista y profesora universitaria (*)
A finales de 2011, los miembros del jurado calificador de un concurso nacional de periodismo nos asombramos al comprobar que muchos de los trabajos propuestos no correspondían a la categoría (género periodístico) en que fueron inscritos. Como resultado, alrededor de la mitad de premios se declaró desierta.
No está de más aclarar que, afortunadamente, la muestra que participó en el referido concurso no representaba lo mejor del periodismo nacional. Es comprensible que muchos periodistas, inmersos en sus quehaceres cotidianos para una demandante profesión, tienen poco o ningún tiempo para buscar sus mejores trabajos y realizar todas las gestiones para su debida participación en un certamen.
Lo preocupante radica en la ligereza con la que periodistas y editores en general, a título institucional, propusieran noticias en la categoría de entrevista; reportajes, en la categoría de noticias y hasta emotivas manifestaciones de dolor al aire (en el caso de la radio) en categorías informativas, donde no hay cabida para la opinión y las muestras de emoción de parte del periodista.
El hecho de que en el medio periodístico se ignoren las características de cada género hace pensar que también se desconoce la razón de ser de cada uno. De ahí que preocupe su futuro, principalmente cuando quien escribe trata de aportar en la formación (práctica y teórica) de las nuevas generaciones de comunicadores.
¿Qué son los géneros periodísticos?
Peñaranda (s.f.) señala que tanto los géneros periodísticos como los literarios son formas de expresión escrita que difieren según las necesidades u objetivos de quien escribe. Cita al académico boliviano Erick Torrico quien afirma que “los géneros son especies —arquetípicas, en la teoría— que reúnen aquellos mensajes que son formalizados de modo tal que constituyen una ‘familia’, o sea a los que tienen lazos de parentesco en su esencia y en su entorno y que, precisamente por ello, se diferencian de los demás”.
De acuerdo con Moreno (2001), los géneros periodísticos reflejan el acontecer de un suceso y su interpretación. Es decir la información correspondiente y su comentario o valoración. La distinción entre estos es una convención.
Javier Rey, citado por Moreno (2001), afirma que “la realidad no nos ofrece un editorial, una noticia, una crónica o un reportaje. La realidad es más modesta y se limita a estar ahí. Lo demás —la noticia, el reportaje, el editorial y la crónica— lo pone el medio para recoger la complejidad de lo que acontece y exponerlo a los receptores. Los géneros periodísticos producen orden y concierto en el material informativo, y avalan la legalidad de la comunicación”.
Morán Torres, citado también por Moreno (2001), considera que el periodismo ofrece dos vertientes principales: la interpretación (opinión) y la información. Otros autores como Leñero y Marín (1998) consideran que los géneros pueden clasificarse en tres vertientes: opinativa, informativa e híbrida.
Se podría continuar citando autores y seguramente habría otras diferencias y clasificaciones, pero en el fondo de la discusión subyace el hecho de que, aun cuando la frontera entre un género y otro sea muy difusa, lo fundamental es que cumplen funciones distintas. Además, la mayoría de autores reconocen las características distintivas de cada uno de ellos.
Así las cosas, el hecho de que algunos directores, editores y reporteros nacionales ignoren las diferencias entre los géneros hace pensar que también desconocen la razón de ser de los mismos y, por ende, no satisfagan del todo algunas de las necesidades sociales que se espera solventar a través de los periódicos.
Un monitoreo realizado por estudiantes del curso Géneros Periodísticos II en la Universidad Rafael Landívar refuerza la idea de que los medios impresos nacionales desdeñan el uso de los géneros periodísticos informativos.
Malas noticias
Pese a que la noticia es el género más recurrido en las páginas de los diarios nacionales, los rasgos distintivos de esta se han perdido en muchos casos.
Pero ¿qué es noticia y cuáles son sus características? De acuerdo con Blanck et al (2003:13), “la noticia o nota informativa es el relato de todo aquel hecho novedoso que resulta de interés o afecta a un determinado grupo social. Es el género fundamental del periodismo y nutre a todos los demás”.
Los hechos que comunica la noticia deben ser exactos, se debe informar con precisión y en el menor tiempo posible, aseguran Blanck et al. Al igual que ese equipo de trabajo, Benavides y Quintero (1997) y Leñero y Marín (1998) coinciden en que para que un determinado suceso sea recogido por los diarios y trasladado en forma de noticia debe evaluarse su impacto social.
De ahí que entre los valores que lo hacen noticioso estén la actualidad, la proximidad, la prominencia, la trascendencia, la rareza, la novedad, el interés humano, el conflicto e incluso el entretenimiento.
Además, varios autores entre los que están Benavides y Quintero (1997) coinciden en señalar que en la concepción de una noticia que pueda ser publicada son elementos imprescindibles la exactitud, la atribución y el equilibrio y justicia.
Al hablar de exactitud se hace referencia a que deben verificarse todos los datos, incluida la escritura de nombre de personas y lugares. La atribución se refiere a que detrás de toda información publicada “debe haber alguien que se responsabilice de su exactitud y autenticidad. Si el reportero ha presenciado directamente un suceso, él es el único encargado de asegurar la veracidad de lo reportado. Cuando la información es recogida de otra fuente, la reputación del periodista queda comprometida en caso de que sea falsa. Para curarse en salud y dejarle claro al lector quién es el responsable por lo vertido en la nota, el periodista tiene la facultad de atribuir la información sobre los hechos reportados” (Benavides y Quintero, 1997: 74).
La atribución, según estos autores también elimina la posibilidad de una acusación de plagio.
En cuanto al equilibrio, los autores señalan la importancia de que el periodista busque siempre el punto de vista de todos los implicados en el problema, y no dejar de lado una versión importante.
La justicia en la información se refiere al compromiso del periodista en la búsqueda de la visión más completa y apegada a la verdad de los hechos. Esto significa que debe dejarse de lado la práctica de publicar rumores. En todo caso, habría que confirmarlo.
Lamentablemente, el monitoreo realizado por los estudiantes reveló que las noticias publicadas en los medios nacionales no siempre son equilibradas o justas. Incluso, se llegó al extremo de publicar notas sin fuente. En la mayoría de casos solo se presentaba la visión oficial o institucional. Esto significa que la mayor parte de las notas no contaba con contraste de fuentes.
En cuanto a la actualidad, en clase descubrimos un caso publicado en un medio ¡una semana después de que lo hiciera público otro!
En muchos casos, los equipos de estudiantes detectaron que se minimiza el espacio para notas de impacto social en función de la publicidad. En las páginas de deportes y cultura, principalmente, se privilegia la imagen antes que la información.
Algo que tampoco cumplen las notas informativas es la respuesta a las preguntas periodísticas, conocidas como las 5W (qué, quién, dónde, cuándo y por qué, además del cómo).
Y, sin duda, uno de los más lamentables hallazgos es el hecho de que la población, en general, no tiene voz.
Sin diálogos, ni investigación
Los estudiantes revelaron en sus investigaciones que el segundo género informativo más usado durante el período del monitoreo fue la entrevista. Sin embargo, en un porcentaje mucho menor.
De acuerdo con Moreno (2001), se trata del género mediante el cual un periodista entra en contacto con un personaje público del que se presupone interés periodístico, ya sea por sus declaraciones, su cargo o su propia personalidad. Para esta autora, la función de la entrevista es dar a conocer, mediante la reproducción de la imagen, una situación, un hecho, etc.
Blanck et al (2003) hacen la observación de que algunos autores entienden este género como una variedad del reportaje porque desarrolla en profundidad un tema.
Además, señalan el hecho de que una entrevista no solo puede realizarse a un individuo sino que también las hay colectivas. A este género corresponderían los reportes de conferencias de prensa, simposios y conversaciones colectivas, entre otros.
Marín y Leñero (1998) clasifican las entrevistas en noticiosa o de información, de opinión y de semblanza. El monitoreo de los estudiantes reflejó que las entrevistas noticiosas son las más comunes, aunque también encontraron alguna entrevista de opinión. La falta de estas últimas en las páginas de los diarios impresos impide que el público pueda conocer a fondo la interpretación de fenómenos políticos, económicos, sociales y culturales que afectan la vida cotidiana. Estas opiniones no pueden ser sustituidas por las de los columnistas ya que se recurre a este tipo de entrevistas cuando se busca el punto de vista de un experto en la materia que no siempre tiene un espacio de opinión.
La semblanza es, por el grado de investigación y preparación, un género muy parecido al reportaje. En clase encontramos una entrevista con un sociólogo nacional. En la conversación, la periodista le pregunta sobre algunos aspectos de su vida. Sin embargo, tras la lectura de este trabajo, no se llega a conclusión alguna respecto de por qué se publicó o a qué tipo de entrevista obedecía.
El entrevistado no dio algún dato novedoso, por lo que no era una entrevista informativa; tampoco opinó sobre un tema de actualidad, en particular, por lo que tampoco era una entrevista de opinión; si bien se abordaron algunos aspectos de su vida, solo aquellas personas que conocían al personaje podían entender o valorar algunos de los aspectos que reveló sobre su vida. Tampoco se explicaba el motivo por el que había sido entrevistado. Al parecer, el trabajo del que hablamos fue solo la reproducción de una conversación informal que no tuvo objetivos periodísticos.
Ningún grupo encontró reportajes en sus monitoreos. Esto último debe obedecer a una política que privilegia dicho género los fines de semana, según explica Miguel González Moraga, editor de la revista Sala de Redacción. Esta reflexión puede ser valedera, pero no se confirmó en clase, ya que el monitoreo no incluyó publicaciones de fines de semana.
Debe recordarse que las ediciones de sábados y domingos incluyen muchas veces suplementos especiales o revistas, que privilegian este género considerado el más completo de todos, ya que puede incluir elementos noticiosos, entrevista y rasgos de la crónica, además de una libertad estructural y de lenguaje.
Como se dijo en los primeros párrafos, si bien hay diversidad de clasificaciones sobre los géneros, si bien muchas veces es difícil encasillar un trabajo periodístico en un género inequívocamente, hay elementos inequívocos respecto de su función dentro del periódico. El uso y la variedad de géneros en una edición aportan a la sociedad visiones más completas sobre el acontecer nacional y extranjero. Enriquecen el contenido combinando información y análisis, por lo tanto, su empleo satisfará las exigencias del público y aportará a una sociedad con más herramientas para decidir sobre su presente y futuro.
Referencias
Benavides, J.L y Quintero, C. (1997) Escribir en prensa. Redacción informativa e interpretativa. Editorial Alhambra Mexicana. México
Blanck, E. et al (2003) Periodismo para periodistas (Una guía básica). Asociación Doses. Agencia Noruega para el Desarrollo. Centro impresor PS. Guatemala.
Leñero, V. y Marín, C. (1998) Manual de Periodismo
Moreno P. (2001) Los géneros periodísticos informativos en la actualidad internacional. Revista Latina de Comunicación Social, julio-septiembre, año/vol 4, número 043 Laboratorio de tecnologías de la información y nuevos análisis de Comunicación social, Canarias, España.
(*) Con información de estudiantes del curso Géneros Periodísticos II, primer ciclo, Universidad Rafael Landívar.
Fuente: Saladeredaccion.com
CNP Zulia- Paola Albornoz